Acercarnos a esa cabeza visible de la Iglesia como lo fue san Pedro, y de igual modo a sus sucesores, obispos de Roma y sumos pontífices durante dos mil años, es tocar algo vital en ella y palpar el aspecto esencial de su naturaleza, de donde brota la savia vital de su existencia y una corriente doctrinal entregada en documentos y en manifiestos testimonios. En esa circunstancia privilegiada nos coloca este repaso de la vida de algunos grandes pontífices y apóstoles. Todos los pontífices, cuya existencia es resaltada en estas páginas, fueron grandes como cabezas visibles de la Iglesia y también como apóstoles, por ello el título del libro. Como complemento de las grandes vidas aquí reseñadas, se ha considerado oportuno agregar una semblanza especial sobre Saulo de Tarso, “el gran apóstol de las gentes”, san Pablo.
DE LA PRESENTACIÓN

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