Pedro es el apóstol más cercano a Cristo y lo es también para nosotros, no sólo por la grandiosa basílica surgida en Roma sobre su tumba, sobre todo por su humanidad y sus mismas debilidades, la impetuosidad del temperamento, capaz de sinceros impulsos de amor y de inoportunas protestas. Con todo, sus dudas y sus interrogantes dan luz a nuestras propias dudas y protestas. Historia atractiva y original, de fácil lectura, bien lejos de los tradicionales panegíricos, que ayuda a entender por qué la Iglesia está fundada sobre Pedro, la roca, como le llamaba Cristo. Por ello la Iglesia, no obstante las frecuentes persecuciones y fracasos, o incluso triunfalistas éxitos, apoya su seguridad no en los hombres sino en la Palabra de Cristo: “Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”.

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