Por: Pbro. Augusto Salcedo

El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico: empieza el domingo más próximo al 30 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Está compuesto por cuatro domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad con la Navidad y la Epifanía. El término Adviento viene del latín “Adventus”, que significa venida, llegada; es la venida del Hijo de Dios, quien ha mirado con misericordia al mundo y desea salvarlo. El color usado en la liturgia de la Iglesia durante este tiempo es el morado, pues el sentido del Adviento es avivar en los corazones creyentes la espera del Señor para lo cual nos preparamos.

Dos partes integran este Tiempo del Adviento:

Primera Parte. Desde el primer domingo al día 16 de diciembre, con un marcado carácter escatológico, es decir, mirando a la definitiva venida del Señor al final de los tiempos. Las lecturas de la Palabra de Dios nos animan a vivir la esperanza en la venida del Señor en todos sus aspectos: su Venida al final de los tiempos, su venida ahora, cada día, y su venida hace dos mil años. «Cristo glorioso, al venir al final de los tiempos a juzgar a vivos y muertos, revelará la disposición secreta de los corazones y retribuirá a cada hombre según sus obras y según su aceptación o su rechazo de la gracia» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 682).

Segunda Parte. Desde el 17 de diciembre al 24 de diciembre, todo se orienta a preparar más explícitamente la Venida de Jesucristo en la historia, la Fiesta de la Navidad: “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Juan 1,14). Se nos invita a vivir este tiempo con más alegría, porque estamos cerca del cumplimiento de la promesa de Dios: la venida de su Hijo, el envío del Salvador... Los Evangelios de estos días nos preparan ya directamente para celebrar el nacimiento de Jesús.

Las lecturas bíblicas de este tiempo de Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías (1ª lectura), también se recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías. La Iglesia ofrece a los fieles algunas figuras bíblicas: Isaías, Juan Bautista y la Bienaventurada Virgen María son presentados como modelos de creyentes para preparar la venida del Señor Jesús.

• Isaías: Del Antiguo Testamento. Figura de espera por la Salvación. Profeta de la Esperanza. Profeta del Emmanuel.
• Juan Bautista: Figura de preparación. “Convertíos…”. Anticipa al Sol que nace de lo alto. La voz que grita en el desierto.
• María Santísima: Virgen de la esperanza y Madre del Salvador. Modelo de la Iglesia que cree, espera y ama.