Por: Hno. José Miguel Villaverde, SSP

A DESBLOQUEARSE

Ni siquiera terminaste el horario de labores y ya te sientes cansado… Es lunes, la semana recién empieza; luego de un variado domingo, ahora cuesta reanudar el ritmo… ¡Pareciera que vivimos para dormir, pasear o limpiar el fin de semana! Y cuando nos damos cuenta, la vida ha pasado por nosotros y no nos hemos dejado amar; nos hemos “bloqueado” a nosotros mismos.

Hoy está de moda bloquear: no me gusta su cara, lo bloqueo; no hay química, lo ignoro; las cosas no son como quiero y hago berrinches. Nos hemos dejado acostumbrar a la idea de que los lunes son los días más tediosos, de que trabajar es aburrido, pesado; que la vida cotidiana no es para nosotros, debemos ser chicos de publicidades sonrientes… Y así, bloqueado contigo mismo, sientes cuán pesado es el tiempo, cuán pesado sos vos, cuán pesado es tu hermano, tus labores, tu rutina.

Pero ahí está Jesús, nuevamente, iluminando; Él, de quien es el tiempo y la eternidad, nos invita a desbloquearnos, nos ayuda, nos invita a que nos dejemos amar por Él, por lo que acontece, a veces resistirse bloquea, encasillarnos bloquea, amoldarnos bloquea… ¡Qué mejor que dejarnos guiar por Aquel que es totalmente Libre!

     Desbloquea, Maestro, mi corazón cerrado, empecinado;

     desbloquéame de esos rituales diarios que me esclavizan;

     desbloquéame de una rutina sin espíritu, que me nuble tu visión de eternidad; desbloquéame del no saberme reír del chiste tonto, del no dejarme un tiempo para el otro y detenerme a abrazarlo.

     desbloquéame del tedio de los días lunes, ¡Porque también pasás por mi vida los lunes!

     desbloquea, Señor, mi mente, sé vos mi luz.

     desbloquea, Señor, mi voluntad, caminemos juntos.

     desbloquea, Señor, mi corazón, vuelve a encender la llama.