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Santidad Latinoamericana
BEATO JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ

Por: P. José Ángel Torres Maldonado, SSP

Un científico llevado a los altares...

La Iglesia de Venezuela, de Latinoamérica y del mundo, se alegra por la próxima beatificación de uno de sus hijos más célebres. Se trata del laico venezolano, José Gregorio Hernández Cisneros, quien nació el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, estado andino de Trujillo, y falleció en 1919, en Caracas, tras un accidente de automóvil a la edad de 54 años. José Gregorio fue el primero de seis hermanos. Se graduó en medicina en Caracas y profundizó sus estudios en París, Berlín, Madrid y Nueva York. Se convirtió en profesor universitario y científico: fue uno de los primeros en introducir el microscopio en el país y fundó la cátedra de bacteriología en la universidad de la capital venezolana. Una fe viva lo acompañaba siempre: para él la medicina era una misión, sobre todo, con los más necesitados. A menudo compraba medicinas para sus pacientes y, en lugar de pedirles dinero por la consulta, se las regalaba.

Si se quiere resumir en una palabra la vida del doctor José Gregorio Hernández, esta tiene que ser "servicio". Su vida se caracterizó por este gran valor humano que es preciso rescatar en nuestros tiempos: el servicio y la entrega a sus hermanos y hermanas, desde la vocación que Dios le concedió como médico. El "venerable", como cariñosamente le hemos llamado los venezolanos por muchos años, nos enseñó con su vida que el verdadero sentido está en reconocer el rostro de Jesús en cada enfermo que sufre. José Gregorio se ha ganado el cariño de todos los venezolanos que hoy, con gran emoción, proclamamos ilustre venezolano, y con cariño y admiración llamamos el "médico de los pobres".

El 30 de abril de 2021, José Gregorio Hernández Cisneros, fiel laico, experto en la ciencia y excelente en la fe, que reconociendo en los enfermos el rostro sufriente del Señor como el buen Samaritano, los socorrió con caridad evangélica, curando sus heridas del cuerpo y del espíritu, ha sido declarado BEATO y su fiesta ha quedado fijada para el 26 de octubre de cada año, para alegría del pueblo venezolano, de América Latina y los médicos y personal de blanco del mundo entero.