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Año de la Eucaristía
SER TESTIGOS DEL AMOR DE CRISTO

Por: Magalí Benítez - Asociación "Corazón Libre"

 

Así comienzo a contar la historia del Proyecto Corazón Libre en el Buen Pastor. Corazón Libre es un Proyecto que nace del Movimiento Peregrino con la idea de llevar a Cristo a las personas recluidas en el Buen Pastor, pero, por sobre todo, con la idea de llevar el perdón y la misericordia que necesitan.

Inicialmente, en el año 2016, el Proyecto realizaba encuentros espirituales los fines de semana, donde se reflexionaba sobre diversos textos, se compartían películas, meriendas, momentos distendidos, incluso un Retiro de 3 días. Éramos un grupo de mujeres jóvenes que compartían sus fines de semana con las internas.

Actualmente, el Proyecto está liderado por jóvenes voluntarios, que no solo realizan encuentros espirituales los fines de semana, sino que, ampliando sus redes, trabaja en las áreas de: Espiritualidad, Salud, Educación, Deporte, Arte y Recreación, Trabajo, Investigación, Voluntarios, Finanzas, Donaciones.

Desde que comenzamos los encuentros en el Buen Pastor tuvimos gran receptividad por parte de las chicas, quienes nos abrieron sus corazones y nos dejaron ver lo que llevan dentro.

Siendo sincera, al principio pensé que la experiencia del Buen Pastor sería un voluntariado más, pero el encuentro con las chicas y a partir de ellas, el encuentro con Cristo, hizo que pase de ser un voluntariado a algo primordial en mi vida. Es común que las personas crean que nosotras entramos a cambiar vidas ahí adentro, y que las chicas al conocernos solucionarían todos sus problemas. Sin embargo, el cambio de vida lo tuve yo.

En las chicas pude experimentar el amor y la misericordia de Cristo. Esas miradas llenas de historia, de sueños, de preocupaciones, calaron hondo dentro mío y me permitió ver y comprender el mensaje real de los evangelios. Cada chica que conozco ahí adentro me permite ser instrumento y testigo del mensaje de Jesús.

Una de las conquistas de las internas, que celebro como mía, fue poder contar con un lugar de adoración perpetua dentro de la capilla, donde ellas pueden acudir las veces que quieran. Me es grato ver que ahí Jesús siempre tiene compañía. Las chicas no lo dejan solo, se anotan en diversos horarios para acompañarlo.

Esto me llevó también a aumentar mis encuentros con Jesús Eucaristía, a buscarlo ya no solo cada domingo, sino en cada momento que mi vida me lo permitía. Cristo, por medio de las chicas, me hacía sentir la necesidad de encontrarlo en el pan, en la adoración, en el canto o simplemente en la contemplación de su Cuerpo sagrado.

En el trato con las chicas, entendí que todos somos hijos de Dios y por ende tenemos dignidad. Cualquiera que sea nuestro error, Dios nos espera con los brazos abiertos para enmendarlo y regalarnos un nuevo comienzo.