Por: Silvio Salinas, CM

En los albores de un 15 de mayo, el de hace 209 años, nacía una nueva Patria. Patria de hermanos que, con el grito de libertad, se fue haciendo madre y hogar, con el anhelo de ser un suelo próspero para sus hijos, con la firme certeza de que aquel Dios que la acompañó aquella gloriosa noche de gesta independentista, siga caminando junto con ella. Es una Patria que es madre y que espera ser tierra de grandes hombres y mujeres que luchan por sus sueños. Patria que, siendo madre, sufrió desde lo más hondo el ver morir a sus hijos por defenderá; madre que dio fuerza a las demás madres, para levantarse y levantar a sus hijos de los escombros. 

Este trecho glorioso de nuestra historia ha sido marcado por el valor y actuar de las gloriosas mujeres, hijas de nuestro suelo, mujeres que se hicieron Patria, mujeres enmarcadas por su dedicación y coraje, mujeres que hoy también enaltecemos en su bendita condición de madre que, a imagen de nuestra Madre “Tupasy Caacupe”, se tornan intercesoras fieles y amorosas con su oración. Son madres que se hacen Patria, y nos brindan el suelo sagrado de su corazón, y en gestos de amor, muchas veces incomprendidos, nos hacen sentir en la tierra el amor más cercano al amor de “Aquél que nos amó primero”. Mujeres incansables que dan la vida por una sonrisa nuestra, madre que se hace Patria y en un abrazo nos acoge en aquel lugar seguro, al cual ansiamos volver, una y mil veces. 

A muchos, ya sea por varios años o por primera vez, nos toca celebrar el Aniversario Patrio y el Día de la Madre a la distancia, lejos de nuestros seres queridos; sin embargo, la añoranza por la querencia, por nuestras madres, por nuestra Patria-Madre y nuestra Madre-Patria permanecen intactos, acaso más encendida e irrompible. Esa misma añoranza me invita a elevar una oración: 

• Padre celeste, Tú que nos quieres libres, hoy te pedimos por la aún anhelada Independencia total de nuestra Patria. María, modelo perfecto de amorosa maternidad, imploramos tu intercesión por todas nuestras madres, por aquellas que hoy lloran la ausencia de sus hijos y sufren en silencio el peso de sentirse solas o abandonadas: que encuentren en ti su consuelo y protección. Amén.