Por: Fr. Carlos Medina, ocd

"Cada vez más cerca" es el título de un libro que escribió sobre la vida de Chiquitunga el P. Eduardo T. Gil de Muro, Carmelita y que en gloria esté. Estamos en plena novena de la Beata María Felicia, uniéndonos a las intenciones y necesidades de tantas personas en este momento tan particular que nos toca vivir a nivel mundial con la “famosa” pandemia del Covid-19.

No deja de ser un motivo de profunda gratitud a Dios por este paso tan importante que se ha dado en el proceso de nuestra querida hermana María Felicia, concretamente su beatificación el día 23 de junio de 2018. Y es que todos teníamos una gran ilusión y un deseo inmenso de que llegara ese día, al mismo tiempo, cabe destacar que aún siguen vivos, en nuestra retina ese día tan esperado. En la actualidad sentimos, como fuerte desafío, el dar a conocer cada vez más su vida y su enseñanza.

Lógicamente ha sido un orgullo y un sueño cumplido, para todos nosotros, contar con Chiquitunga entre los santos. Su misma santidad nos anima con fuerza a desear lo mismo. Ella, tan de carne y hueso, que supo vivir su fe cristiana en “el mundo” de manera ejemplar durante 30 años. Y lo hizo fundamentalmente dedicando su vida al servicio de los más vulnerables de la sociedad, dando su tiempo para estar más cerca de ellos.

Su vida entregada a Dios, por la Iglesia y por los hombres, la coronó en el Carmelo durante cuatro años llevando una vida escondida y olvidada de sí misma, hasta cumplir plenamente su propia frase: “Todo te ofrezco Señor”.

¿Y cuál fue el secreto de María Felicia? Aprendió a amar hasta el extremo al estilo de Jesús. No se guardó nada, lo dio todo porque el que ama de verdad no conoce reservas. Es incapaz de ahorrarse nada, siempre dispuesto a dar al máximo. Esta actitud de ella es la que debemos apreciar e incorporar en nuestras vidas, en un mundo y en una sociedad, que no saben dar sin recibir algo a cambio. Aunque también, en este momento hay que subrayar que a partir del confinamiento de las personas en sus casas como consecuencia de la cuarentena que ha establecido el gobierno, han surgido casi espontáneamente la solidaridad, concretamente con las famosas ollas populares con el que se dan de comer a miles de personas.

María Felicia ha sabido donarse por entero porque estaba convencida de que, dándose, es cuando más se recibe y cuando se es más feliz. Pero sobretodo ha dado todo y dejado todo por Jesús. Fue de Él, de quien realmente supo estar más cerca…

Les animamos a sumarse y comprometerse para conocerla y dar a conocer su vida, su enseñanza que son verdaderos tesoros. Por su intercesión, pedimos a Jesús, que nos conceda la gracia de vivir nuestra fe y nuestra vocación cristiana con alegría, generosidad y donación total de nosotros mismos.

Chiquitunga: cada vez más cerca de nosotros. Más cerca de los otros, de aquellos que aún no la conocen y que por nuestro medio pueden llegar a conocerla. Hagamos que esta hermana y amiga tan querida esté realmente: ¡cada vez más cerca!