Noticias
Por: Equipo Editorial
ESQUEMA II
ENTRA A MI CASA, JESÚS
La experiencia de Dios en Zaqueo
Contemplemos en oración este conmovedor pasaje que nos ofrece san Lucas (Lc 19, 1-10). Zaqueo era un publicano, es decir, recolector de impuestos para Roma, por lo que era visto como un traidor ante sus hermanos judíos. Pero había oído de un tal Jesús que sanaba, que daba libertad. A este Jesús, Zaqueo quiso conocer e hizo todo lo posible para que fuera así.
G: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
G: Envía, Padre, tu Espíritu Santo, Que Él abra nuestros corazones a tu gracia, disponga nuestra voluntad al bien e ilumine nuestras mentes para recordar, pedir perdón. Recordar lo que hicimos o dejamos de hacer, pedir perdón por nuestra debilidad y agradecer por el amor que tú nos das. Que, en este momento, en el que juntos nos preparamos para la reconciliación, no dejemos de confiar en tu fuerza, en tu poder que hace nuevas todas las cosas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
"Había allí un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de los cobradores del impuesto y muy rico. Quería ver cómo era Jesús, pero no lo conseguía en medio de tanta gente, pues era de baja estatura. Entonces se adelantó corriendo y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por allí".
1. EXAMEN DE CONCIENCIA. “Subió a un árbol para verlo cuando pasara por allí”.
- ¿Quiénes somos? ¿Quiénes somos para nosotros? ¿Cómo nos vemos? ¿Quiénes somos para los demás? ¿Cómo creemos que nos ve Jesús?
- Recuerda…lo que has vivido, lo que has hecho o dejado de hacer, lo que pensaste, lo que dijiste… (Hacer examen de conciencia)
- Agradece…Todo lo bueno que Dos te ha dado.
- Reconoce…que no siempre has respondido a ese amor, que podrías dar más luz, que aún no has alcanzado la estatura de Cristo.
2. DOLOR DE CORAZÓN. “Baja en seguida, pues hoy tengo que quedarme en tu casa”
T: No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte. Tú me mueves, Señor, muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido, muéveme ver tu cuerpo tan herido, me mueven tus afrentas y tu muerte. Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, que, aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno, te temiera. No me tienes que dar porque te quiera, pues, aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera. (Anónimo, Soneto a Cristo Crucificado)
"Cuando llegó Jesús al lugar, miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja en seguida, pues hoy tengo que quedarme en tu casa.» Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría".
G: Jesús nos invita a bajar del árbol que nos ha ayudado a contemplarlo, quiere compartir la experiencia de los amigos, hablarnos del Padre y transmitirnos su Espíritu.
T: Visítanos, Jesús Redentor, hasta en lo más oscuro de nuestro corazón. Que tu misericordia supla nuestra debilidad. Ayúdanos a estar dispuestos a ti como Zaqueo que solo esperaba verte y al final te recibió en lo más íntimo de su corazón. Amén.
"Entonces todos empezaron a criticar y a decir: «Se ha ido a casa de un rico que es un pecador.» Pero Zaqueo dijo resueltamente a Jesús: «Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y a quien le haya exigido algo injustamente le devolveré cuatro veces más.»"
3. PROPÓSITO DE ENMIENDA. “Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría”.
T: Yo me ofrezco, Señor, por entero a tu voluntad, toma todo de mí, lo bueno y lo no bueno, tú que haces nuevas todas las cosas. Me levantaré y volveré a casa de nuestro Padre, ayúdame con tu gracia a hacerlo y a responder con gratitud el don del perdón que tú conseguiste para mí, a devolver el amor que robé a mis hermanos, el daño que me hice a mí y a los que me rodean. De la mano de María, Madre nuestra. Amén.
4. CONFESIÓN “Hoy ha llegado la salvación a esta casa”
G: Jesús, pues, dijo con respecto a él: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también este hombre es un hijo de Abraham. El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.» De manera ordenada, nos disponemos a la confesión, a abrir la puerta de casa a Dios mismo, dejémonos reconciliar con Él, con la Iglesia y los hermanos.
5. ACCIÓN DE GRACIAS. “El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar.”
T: Padre, qué bello es sabernos y sentirnos amados y perdonados por ti, como lo sintió aquel día Zaqueo, el publicano. Has tomado nuestros corazones para hacerlos nuevos. Danos la fuerza necesaria para cumplir el propósito que hicimos y, si caemos, ayúdanos a confiar que tú nos esperas de vuelta, que nunca dejemos de intentar amar más y mejor. A ti nuestra mente voluntad y corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
G: Como acción de gracias, démonos un abrazo fraterno de paz.
G: El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.