Por: Fr. Bruno Núñez,CSsR

En primer lugar ¿Qué es un signo? Es una manifestación, un hecho extraordinario, un milagro, algo sobrenatural por la cual se confirma la presencia de Dios, su bondad para su Pueblo (Is 7,10ss por ejemplo) y para demostrar que alguien realmente es un enviado de Dios y que su palabra, su discurso es inspirado por Dios.

Entonces ¿Por qué Jesús se niega a obrar en esta ocasión? En realidad Él ya había realizado varios signos (Mc 3,1-12); sin embargo no creían en Él y lo llamaban de “poseído por el demonio” (Mc 3,22). Además Él no vino para hacer circo, para llamar la atención por medio de su poder para que sea aplaudido, sino que vino para proclamar por medio de esos hechos extraordinarios, esos milagros o signos; el Reino de Dios.

Un secreto: Lo que pasa es que hace falta tener un corazón humilde, abrirnos al encuentro para con Dios, tener FE, para reconocer los signos, los milagros de Dios, las bendiciones que suceden en nuestras vidas (Lc 10,21-22; Mt 11,25-27). 

Por eso ayúdanos, Señor, a tener un corazón humilde y así podamos reconocerte en las cosas sencillas, en las acciones de cada día. Amén.