Por: P. Denis Báez Romero, SDB

Estimados hermanos, para este Domingo 5to del Tiempo Ordinario, los invito a rezar con el Evangelio según San Marcos 1, 29-39

Invocación al Dios

Señor, que las oraciones sean poderes sanadores para nuestras almas. Que tus enseñanzas sean una misión para servirte y buscarte en donde los demás nos necesitan.

Análisis de contenido

Queridos amigos, luego de la primera enseñanza pública de Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm, una enseñanza nueva, con autoridad y diferente en su doctrina, se dirige a la casa de la suegra de Simón con cuatro de sus discípulos, allí le comunican que la suegra estaba enferma, que tenia fiebre. Y Jesús comienza a sanarla.

La actividad curadora de Jesús se manifiesta frecuentemente, su oración libera de inmediato la fiebre, ella se alzó, le hace resurgir, le da una vida nueva y la recompensa es de inmediato: de servicio. Ella se puso a atenderlos después de un día agitador. La actividad incansable de Jesús aún no termina, de tardecita a la entrada de la ciudad la gente se agolpaba para que Jesús los sanara. 

Existen algunos riesgo de no ver el Bien en nuestra sociedad “le llevaron a todos los enfermos y endemoniados” de simplemente señalar las enfermedades, las dolencias y los sufrimientos, debemos luchar por la vida, darle un sentido y a pesar del silencio reconocer en Jesús la presencia de Dios. 

Después del sábado, de la escucha y enseñanza de la ley por parte de los judíos, para nosotros los cristianos el primer día de la semana no es casual que Jesús esté en contacto con el Padre sino que lo hace en un día que nos reunimos en asamblea comunitaria para orar, escuchar su palabra, su enseñanza y practicarlas diariamente. 

El domingo para nosotros los creyentes es para “estar” con Dios. La enseñanza práctica nos da nuestro maestro, que “muy de madrugada”, aún cuando estaba oscuro se pone en contacto con Dios. Debemos buscar ese “lugar solitario” para estar sólo en su presencia, presentarles el proyecto del día, cargar las pilas para una nueva misión. 

El estar de Jesús es la unidad con Dios que se hace oración. Estar con Dios y estar con las personas es el pensamiento de Jesús. Los discípulos fueron a buscarles y les dijeron “Todos te andan buscando”. Jesús no descuida al hombre mientras esta con Dios. El maestro itinerante se pone en campaña y comienza a recorrer los poblados anunciando siempre la Buena Noticia que es sanadora y liberadora.  

Como creyentes, el Domingo es un día de oración para nosotros, estamos invitados a unirnos a la misión de Jesús de ser auténticos predicadores y fieles servidores como la suegra de Simón.

Para vivir una vida cristiana auténtica y profunda

En medio de su incansable itinerancia, Jesús solía retirarse de noche a orar, siempre tuvo esa comunicación con Dios en silencio y en soledad. ¿Podías narrar cómo comienza tu experiencia de oración con el Señor? ¿cómo cultivo mi experiencia orante? ¿evitamos la rutina en la oración y buscamos momentos solitarios con Jesús?