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Por: P. Denis Báez Romero, SDB
Queridos amigos, retomamos nuestra Lectura orante dominical en este Domingo III durante el Año, también Domingo de la Palabra de Dios. Rezamos con el Evangelio según san Marcos 1, 14-20
Invocación al Dios
Padre, haz que, por medio del llamado a la conversión, comencemos el anuncio de tu Palabra. Que seamos capaces de enfrentar las adversidades que implica anunciar la Buena Nueva, siendo conscientes de la vida eterna que nos compartirás.
Análisis de contenido
Queridos amigos: La lectura de este domingo nos presenta como temas principales la conversión y la llamada. Nos comenta el evangelio de Marcos que Juan el Bautista es entregado y encarcelado, y muere como mártir. Este martirio del gran Precursor señala el comienzo de la vida itinerante de Jesús. El testimonio de Juan le impulsa a comenzar el anuncio de su Evangelio: la presencia del Reino en este mundo.
Jesús recorre la Galilea, bordeando el mar: es el espacio por donde comienza a cumplirse el tiempo del anuncio de la Buena Noticia, de la alegría del Reino; la proclamación de una revelación diferente. Muchas veces, en las páginas de las Escrituras, este anuncio no solamente produce alegría, sino que también habla de sufrimientos, de guerras, de amenazas y muertes. Sin embargo, este anuncio por parte de Jesús muestra un camino distinto, un modo diferente de enseñar las Escrituras. Nos invita a acercarnos, a creer y compartir la proclamación de la Buena Noticia.
El seguimiento de Jesús comporta creer en el Evangelio y convertirse. Seguir a Jesús. Proclamar el Reino de Dios. El anuncio del Reino implica una nueva forma de presentar el Evangelio por medio de acciones: Jesús libera, purifica, perdona, sana, llama y envía.
El Maestro itinerante camina a orillas del lago de Galilea, ve a un grupo de pescadores enfrascados en su trabajo cotidiano, y les hace una propuesta: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”. Ellos reaccionan ante esta llamada, dejándolo todo: “dejaron sus redes y lo siguieron”. Desde ahora, estos nuevos discípulos, llenos de fe, proclamarán a los demás el camino de salvación.
La iniciativa para ser discípulo parte siempre de Jesús. Les dice: Vengan conmigo; y le responden: Iremos contigo. Él llama a los que quiere para estar con él. Como discípulos, estar con Jesús es permanecer a su lado, realizar la misión que él nos encomienda, llevar a cabo su propuesta. Él llama a cado uno por su nombre para colaborar en la misión de anunciar y extender el Reino por medio de la Buena Noticia.
Como cristianos, estamos llamados a ser discípulos de Jesús itinerante, a reconocer nuestros errores, a purificar nuestros corazones, a convertirnos. Convertirse es volver sobre el camino equivocado, redireccionar la vida sobre la palabra de la Buena Noticia, buscar la luz antes de que el tiempo sea cumplido, responder libremente a la llamada del Maestro y hacer creíble su mensaje.
Para vivir una vida cristiana auténtica y profunda.
Cada bautizado está llamado a ser testigo del anuncio de la Buena Noticia. Como creyente, ¿cómo me afecta el anuncio de la Palabra en mi vivir cotidiano? ¿Cómo siento esa llamada en la vida ordinaria y cómo la vivo? ¿Cuál es el proceso de conversión que se inicia en mí después de la escucha de la Palabra?