Por: Manuel David Rodríguez Benítez, SJ

El cuidado de la casa común nos invita como cristianos a un compromiso firme, que discierna consciente el camino hacia una eco-justicia para todos y todas, a una apertura sin prejuicios hacia lo diverso de la vida en todo su conjunto y a una sensibilidad real que atienda los clamores y necesidades de los más pobres y vulnerables de esta sociedad. Esta invitación es la llamada de Dios Padre a una conversión espiritual desde las raíces de nuestra existencia, una renovación desde el corazón de la Iglesia abierta y profética, que se pone humildemente a la escucha y al servicio, en sintonía con el Sínodo para la Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral.

El desafío es no vivir indiferentes a la situación socioambiental de la gran cuenca Amazónica. La creación nos hace una llamada de fuego, que arde desde dentro de la tierra en la gran biodiversidad ecológica de las regiones afectadas este último tiempo. Es también una llamada de Dios, que con entrañas de misericordia se goza, se recrea en la diversidad, en la interculturalidad de los pueblos indígenas; la llamada de un Padre que invita, una y otra vez, a sus hijos e hijas, a custodiar la gran obra de la creación.

Nos unimos en oración y acompañamos este tiempo propicio para la Iglesia latinoamericana y universal, en la búsqueda de nuevos caminos para una ecología integral. Que el Espíritu nos impulse a ser cada vez más Iglesia Sinodal, y nos permita dejarnos abrazar juntos por la Amazonía.

#PrayforAmazonas #SinodoAmazonico.