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Por: Equipo Editorial
Estos esquemas son referenciales y están destinados a las comunidades que deseen enriquecer las celebraciones penitenciales, más aún en el tiempo de cuaresma. La celebración la pueden presidir asistentes laicos, reservando, como es debido, la administración del sacramento a los sacerdotes, incluso podría hacerse personalmente como preparación al sacramento de la Reconciliación.
G: Guía (sacerdote o laico, puede haber más de un guía)
T: Todos.
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ESQUEMA I
PADRE, VUELVO A TI
G: Dirigente A: Asistente T: Todos.
Durante este mes de cuaresma, recibiremos una y otra vez la llamada a volver al Padre Dios, a donde está él esperándonos con los brazos abiertos. Con el método Camino, Verdad y Vida, ofrecemos aquí un breve itinerario penitencial, para que, en comunidad o personalmente, nos preparemos a experimentar a Dios Padre misericordioso, en el sacramento de la Reconciliación.
G: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
T: Amén.
G: Hermanos y hermanas: en este tiempo de conversión, Cristo nos invita a ponernos en camino hacia el Padre. Él nos da la fuerza, él ha dado su vida para que esto sea posible. Impulsados por la gracia del Santo Espíritu, acojamos su invitación. Ante el Padre, que todo lo sabe y que conoce nuestros frágiles corazones, abandonémonos como hijos suyos que somos:
Oración de abandono (Beato Charles de Foucauld)
T: Padre, en tus manos me pongo, haz de mi lo que quieras. Por todo lo que hagas de mi, te doy gracias. Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal de que Tu voluntad se haga en mí y en todas tus criaturas. No deseo nada más, Dios mío. Pongo mi alma entre Tus manos, te la doy, Dios mío, con todo el ardor de mi corazón porque te amo, y es para mí necesidad de amor el darme, el entregarme entre tus manos sin medida, con infinita confianza, porque Tu eres mi Padre. T: Amén.
1) De la mano de Jesús Verdad…pongo mi mente en sus manos.
Meditación de la Palabra
G: Es el momento de escuchar la Palabra de Dios, dejémonos iluminar por ella, para descubrir una vez más el amor divino. (Proponemos algunas citas bíblicas: Isaías 49,13-16; Salmo (31), 1-11; Romanos 5, 17-21; Lucas 15, 11-32)
T: Jesús, que eres la Verdad, ayúdame con tu gracia a que, tras haber escuchado tu Palabra, mi corazón se mueva al verdadero arrepentimiento, que no tema el castigo, que tema el no corresponder a tanto amor que me das. Amén.
2) De la mano de Jesús Camino…pongo mi voluntad en sus manos.
- EXAMEN DE CONCIENCIA.
G: Antes de nuestro examen de conciencia, pidamos la compañía del Espíritu Santo.
T: Envía, Jesús, tu Santo Espíritu, que penetre hasta el fondo de mi mente, voluntad y corazón. Que reconozca mi fragilidad y que la asuma, sé que tú lo puedes todo, sé que eres Misericordia infinita y por ello, no temo reconocer mi falta, antes bien, podré experimentar lo grande y asombroso de tu amor. Amén.
(En silencio, se hará el examen de conciencia. Nos podemos ayudar de los Diez mandamientos, de las Bienaventuranzas, de las obras de misericordia)
G: Tú que borras nuestras culpas. T: Señor, ten piedad.
G: Tú que creas en nosotros un corazón puro. T: Cristo, ten piedad.
G: Tú que nos devuelves la alegría de la salvación. T: Señor, ten piedad.
T: Jesús, tú eres el camino hacia el Padre, tú sabes que te amo; pero mi inconstancia y debilidad, muchas veces me ha vencido. Desde la cruz, tú me perdonas y me animas a seguir, que ése sea mi propósito hoy y siempre. T: Amén.
3) De la mano de Jesús Vida…pongo mi voluntad en sus manos.
- ACTO DE CONTRICIÓN
G: Hermanos, juntos hagamos nuestro acto de contrición.
T: Yo confieso…
- PROPÓSITO DE ENMIENDA.
G: Hermanos y hermanas: reunidos en el nombre del Señor, hagamos un propósito de enmienda.
T: Señor, me perdonarás, me darás una nueva oportunidad, a ti me acojo. Si caigo, con tu ayuda me levantaré de nuevo. Haz que jamás dude de la inmensidad de tu perdón; que tu amor sobrepasa lo que yo pueda esperar. Mi propósito será amar cada día más e intentar parecerme cada vez más a ti. Ayúdame con tu gracia y sé tú mi fortaleza en la debilidad. Amén.
- Confesión de los pecados
G: Entrega al Señor todo lo que te hace daño y manifiéstalo en la confesión. Convéncete que el Señor siempre está contigo y que el sacerdote te escucha y, en su nombre, absuelve tus pecados. Siente su gracia, su paz, el saberte amado(a) y perdonado(a). Da gracias al Señor porque es bueno y eterna es su misericordia. (En este momento, de manera ordenada, se van acercando al confesionario o lugar establecido para la reconciliación individual y recibir la absolución de manos del sacerdote).
- Acción de gracias
T: Padre de amor y misericordia
¡Qué alegría poder llamarte Padre! En tu Hijo Jesús, mi Señor, me has perdonado y nos has perdonado. Y me has amado hasta el fin. Gracias Padre, por haberme creado y dado nueva vida en la confesión. Gracias Jesús, porque me enseñas el camino, me transmites tu verdad y me das tu vida. Gracias Espíritu Divino, que renuevas mi corazón y avivas en él tus siete dones. Que el experimentar tu amor sea para mí un impulso nuevo para amar más, para ser más prójimo de mi hermano, para perdonar a los otros como tú me has perdonado. Que tu misericordia no se aleje de mí, que yo no me aleje de ti. Amén.
- Canción de acción de gracias
- Abrazo de paz
G: Ahora que nos hemos reconciliado con Dios, con la Iglesia y nosotros mismos, démonos un abrazo de paz que simbolice nuestro deseo de ser mejores hermanos.
G: El Señor, que nos ha perdonado y nos ama, nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. T: Amén.