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Jornada Mundial del migrante
ENCONTRAR AL SEÑOR EN EL MIGRANTE

Por: P. Camilo Moreira, CS

 

El día del Migrante, fue instituido por el Papa Benedicto XV, en 1914. Encuentra su sentido y razón de ser, en la llamada que Dios hace a su Iglesia desde los inicios y que, por lo tanto, está inscrito en las bases de la caridad cristiana.

El Pueblo de Israel fue peregrino y vivió la experiencia de ser migrante, deportado, refugiado y forastero. Así, el Día del Migrante viene a resaltar la urgencia de considerar a los extranjeros, quienes, desde la iluminación bíblica, están consideradas entre las más necesitadas junto a los pobres, las viudas y los huérfanos.

El Papa Francisco transfiere la Jornada en 2018 diciendo: “A partir de ahora, por razones pastorales la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado se celebrará en el mes de septiembre.”

En el mensaje del papa Francisco para la 106° Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado del 27 de septiembre de 2020 se titula: Como Jesucristo, obligados a huir. Basado en el texto del Evangelio de Mateo, la huida a Egipto, en la que el niño Jesús experimentó, junto con sus padres, la trágica condición de desplazado y refugiado, marcada por el miedo, la incertidumbre y las incomodidades (cf. Mt 2,13-15.19-23. El Santo Padre decide dedicar el Mensaje al drama de los desplazados internos, un drama a menudo invisible, que la crisis mundial causada por la pandemia del Covid-19 ha agravado. Recuerda que este no es tiempo del olvido, que la crisis que estamos afrontando no nos debe hacer dejar de lado tantas otras situaciones de emergencia que llevan consigo el sufrimiento de muchas personas.

El papa Francisco nos enseña que los desplazados internos nos ofrecen una valiosa oportunidad de encuentro con el Señor, incluso si a nuestros ojos les cuesta trabajo reconocerlo: con la ropa rota, con los pies sucios, con el rostro deformado, con el cuerpo llagado, incapaz de hablar en nuestra lengua. Se trata de un desafío pastoral al que estamos llamados a responder con los cuatro verbos que señala en el mensaje para esta misma Jornada en 2018: acoger, proteger, promover e integrar. A estos cuatro, el Obispo de Roma añade ahora otras seis parejas de verbos, que se corresponden a acciones muy concretas, vinculadas entre sí en una relación de causa-efecto: conocer para comprender - hacerse prójimo para servir - para reconciliarse se requiere escuchar. - Para crecer hay que compartir. - Se necesita involucrar para promover. - Es indispensable colaborar para construir. Sin duda, un llamado urgente y desafiante para ti, para mí, para toda la Iglesia.