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Por: P. Denis Báez Romero, SDB
Queridos hermanos, para este Domingo 21° durante el año, recemos con el Evangelio según San Mateo 16, 13-23
Invocación al Espíritu de Dios
Oh Jesús, Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente, concédeme la gracia de tu espíritu para obrar en tu nombre, hazme un instrumento de tu amor verdadero para que mis hermanos puedan sentir en mí la grandeza que hay en Ti y así reconocerte como el Cristo.
Señor, mi deseo es caminar al paso de tu Iglesia: fortalece mi fe para que yo pueda ser la piedra que mantenga viva tu Iglesia.
Análisis de contenido
Queridos amigos: El evangelio de hoy nos habla de la identidad de Jesús, y nos señala el riesgo de distorsionar esa identidad, leyéndola según las diversas perspectivas de cada uno.
El episodio nos muestra que Jesús no es un maestro cualquiera, sino un gran pedagogo y un agudo catequista, que, mediante ese intercambio de preguntas y respuestas, introduce a sus discípulos en un itinerario iniciado en la pregunta: “¿Quién soy yo para ti?”, para que puedan llegar a la fe verdadera.
Los discípulos son testigos de los signos y milagros que realiza Jesús; y también del primer anuncio de la pasión y muerte que el Maestro debe sufrir. Su fe tiene un fundamento firme: la palabra del mismísimo Jesús.
La pregunta existencial que Jesús dirige a la gente y a los discípulos -y también hoy a cada uno de nosotros- tal como se la planteó a Pedro, nos hace ver que profesar la fe tiene consecuencias. Pedro proclama: “Tú eres el Cristo”; y Jesús, a su vez, le responde, afirmando: “Tú eres la piedra”. Esta expresión de confianza de Jesús constituyó el fundamento firme para la fe de sus discípulos. Ella debe ser también hoy para nosotros la base de nuestro servicio de animación, como líderes destacados dentro de la comunidad.
Jesús nos hace comprender que nuestro conocimiento personal de Dios debe ser trasmitido a nuestros niños y jóvenes en su propio lenguaje, en su misma sintonía, compartiendo sus alegrías, para que ellos se sientan implicados como líderes, miembros de un grupo o parte de una comunidad. Si se sienten involucrados, vivirán la experiencia de pertenecer a la Iglesia, cuya piedra fundamental fue puesta por el mismo Jesús.
Vivencia cotidiana
Conociendo a Jesús en nuestra vida ordinaria nos preguntamos: ¿cómo creyentes somos personas que creamos comunión dentro de nuestra vivencia cotidiana? ¿les proponemos a Jesús para que los demás puedan conocerle? ¿solemos profundizar nuestra fe en Jesús leyendo e informándonos sobre su persona?