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DÍA DEL PERDÓN DE ASÍS, Santa María de la Porciúncula

Por: Hno. Tomás Sosa, OFM Cap.

 

El 2 de agosto de 1216 el papa Honorio III concedía, a pedido de Francisco de Asís, la gracia de la indulgencia plenaria para todos aquellos que llegaran arrepentidos y deseosos de cambiar de vida hasta la pequeña iglesia de Santa María de los Ángeles de la Porciúncula, en la ciudad de Asís.

Para san Francisco ese era uno de los lugares a los que más afecto tenía, fue allí donde todo comenzó: la Orden de los Hermanos Menores, la Orden de Santa Clara, fue en ese lugar donde el pobrecito de Asís dejó este mundo para, de la mano de la hermana muerte, volar al Padre.

La Porciúncula es el lugar de encuentro de dos realidades: la material y la espiritual. En cuanto a la dimensión material, ella es casa sencilla, donde los frailes se encontraban, vivían, rezaban, trabajaban; en cuanto a la dimensión espiritual, ese lugar es morada del Señor, de su Santísima Madre y de los ángeles que continuamente habitan allí. Francisco decía a sus frailes que si algún día alguien los echase de esa iglesia por la puerta, que busquen ellos la forma de entrar de nuevo en ella aunque sea saltando por las ventanas.

Gracias a sucesivos Papas que han ampliado la indulgencia plenaria, cada 2 de agosto en todas las iglesias franciscanas se puede recibir esta gracia tan especial que san Francisco deseó con mucho fervor para que el peso de todo cuanto perturba el corazón humano pueda alivianarse. "Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y yo los aliviaré” (Mt 11, 28).

No dejes de buscar en este día a La Porciúncula: hay una iglesia aguardándote, el corazón de Jesús quiere abrazarte con su misericordia. Es el día del perdón.