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Por: Pbro. Javier Klajner
Para meditar la palabra, en este domingo VI durante el año:
Continuamos con el sermón de la montaña. Jesús aparece como un nuevo Moisés, que en su momento en la montaña había recibido las tablas de la ley, hoy Jesús desde la montaña renueva, le da profundidad, da una vuelta de tuerca en él amor a esas en enseñanzas que habían aprendido.
Queda muy claro que no viene a abolir la Ley o los Profeta, sino a dar cumplimiento, plenitud.
Hay una invitación de Jesús a no quedarse con el mero cumplimiento (que puede ser “cumplo” y “miento”), es decir, quedarse en las formas exteriores.
Ustedes aprendieron, escucharon, saben qué hay que cumplir los mandamientos, que está bien, pero no se queden a mitad de camino. Los mandamientos nos en el piso no él techo de la vida cristiana.
Somos invitados a tener una justicia en serio, una mirada distinta, una palabra de no lastime ni mate, prontitud para arreglarte con el hermano, conocer que nos lleva a pecar, detectar nuestras debilidades, en definitiva “cortarla” con todo aquellos que nos lleva a no construir el reino de Dios y que nos denigra como persona.
En definitiva que nuestro «sí», sea sí, y que se nos amplíe la mirada para descubrir los dobleces, las justificaciones, la palabra dicha a destiempo, sabiendo que “todo lo que se dice de más, viene del Maligno”, y él lo aprovecha para destruirnos y todo lo que esta a nuestro alrededor.
En este día
Señor Jesús quiero pedirte:
Abre mi los oídos y ojos
de mi corazón:
Que pueda escuchar tu palabra que renueva,
tu ley del amor
que invita a vivir
en plenitud tu vida.
Que se abran mis ojos
para ver la realidad
y mi vida con tu mirada.
Que me anime a ser distinto,
que no tenga miedo
de ir en contra de la corriente
de esta cultura superficial
y que todo lo justifica.
Dame sabiduría para darme cuenta
y la constancia para vivirlo cada día.
Amen.
Bendecida jornada
P. Javier